Por una Filosofía de La Persona en El Derecho Del Trabajo

Resumen

Objetiva el artículo relacionar los aspectos esenciales de la condición humana en la estructura social de producción y consumo, propia del homo faber, en que la técnica vuelve a su creador desechable y líquido. El mundo del trabajo, en cuanto esfera de fomento de bienes comunes, distribuye derechos y deberes a los papeles sociales y neutraliza las capacidades humanas de consolidación de la persona –habiendo de ser revisto como atributo fenomenológico de la especie. Si la humanización significa expansión (en) vida y una norma natural pone al ser humano a hacerse en salto de transcendencia, el modelo actual del engranaje del trabajo vitaliza el homo economicus y olvida las capacidades ontológicas que los mantienen en nihilismo. Los paradigmas de libertad e igualdad, en cuanto contenidos jurídicos de la persona, en la esfera del trabajo, se disuelven frente a la escasez de la manifestación volitiva, sea en la relación de trabajo, sea en el proceso de consumo, tratándose de técnica de compromiso social y la distribución de riesgos y cálculos. Función social de la empresa es prescripción del Estado vía jurídica positivada, en el puro cumplirse de la norma, en cuanto dignidad del trabajador es el goce existencial mínimo, siendo ambos los conceptos neutralizados ideológicamente frente a la dimensión expansiva del término vida. Un paradigma de construcción personalísima y singular de los actores sociales se impone, con fuerte rasgo filosófico en el mundo del trabajo y sugerencia de acción, obra permanente y discurso en el seno de las relaciones sociales. En esa perspectiva, el derecho del trabajo contribuye con la restitución de la condición humana y se concreta el sentido de la vida.